Cuando hemos de decidir qué tipo de vidrio (templado o laminado) queremos instalar en las ventanas y puertas de nuestro hogar o en nuestro negocio, hay un elemento de decisión ciertamente importante: la seguridad.
La seguridad la entendemos en un doble sentido. Primero, la que afecta al usuario y luego la que se refiere a la protección del edificio o vivienda ante posibles intrusiones.
En el sector del vidrio, existen los vidrios de seguridad y los normales. Entre los primeros, los denominados vidrios laminares o laminados y los vidrios templados.
Vidrios de Seguridad: Vidrio templado y laminado
Los vidrios comunes son los denominados recocidos o también conocidos como flotados. Son vidrios que, ante un golpe, se rompen en fragmentos cortantes y punzantes de tamaño medio o grande. Lo anterior supone un gran peligro para el usuario.
Los vidrios de seguridad, como ya hemos avanzado, se diferencian entre laminados y templados, y evitan las lesiones de carácter grave o muy grave.
Vidrios templados: son aquellos vidrios recocidos que reciben un tratamiento específico para su seguridad. Esto consigue que, al recibir un golpe, el vidrio se fragmente pero en minúsculos trozos no punzantes ni cortantes que no suponen un riesgo grave para el usuario. A lo sumo, su rotura puede provocar pequeñas heridas de carácter leve. Estos vidrios son los más utilizados en, por ejemplo, las mamparas de ducha.
Vidrios laminados: son los vidrios más seguros; se componen de dos piezas de vidrio que se unen entre sí mediante una capa de plástico de butiral de polivinilo, también conocido como PVB. Esta capa adherida entre ambos cristales es transparente y muy resistente y evita que, cuando el vidrio recibe un impacto, los fragmentos generados salgan disparados, quedándose adheridos en su sitio.
Los vidrios laminados cumplen también una función de seguridad ante posibles delitos, pues disuaden a los intrusos o provocan que se ralentice la intrusión.
Siempre es aconsejable instalar vidrios laminados en cualquier caso, pero en lugares elevados y sobre todo en lugares de paso es, más que aconsejable, necesario.
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