En la actualidad, el precio de suministros como el gas o la electricidad se ha disparado, por lo que resulta imprescindible conseguir la máxima eficiencia energética en los hogares para ahorrar en las facturas.
La calefacción y el aire acondicionado, junto con los electrodomésticos, son las principales fuentes de consumo de gas y electricidad en una vivienda y si se disponen de unas buenas ventanas se puede conseguir una reducción de hasta el 60% en pérdidas de energía, según datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).
Más de un cliente nos ha confesado: “cambiar mis ventanas ha sido la mejor inversión que he podido hacer en mi hogar”, y podemos corroborar por nuestra experiencia que es totalmente cierto. Además, unas ventanas de calidad influyen decisivamente a la hora de conseguir un certificado energético eficiente en la vivienda.
Cambiar las ventanas es una inversión inteligente
Los estudios demuestran que si se dispone en el hogar de unas ventanas capaces de aislar tanto el frío como el calor, se consigue una importante reducción del consumo de energía. Esto se traduce en un importante ahorro en la factura del gas y la luz, además de un aumento del bienestar y el confort en el interior de la vivienda.
Es importante tener en cuenta que la inversión que hagamos en ventanas lo iremos recuperando mes a mes en las facturas, por eso no se recomienda optar por ventanas baratas porque a medio y largo plazo terminarán por salir caras. Invertir en ventanas de calidad nos reportará una rentabilidad muy importante a lo largo de nuestra vida.
El ahorro energético de una vivienda oscila entre el 2% y el 13% dependiendo del espesor del vidrio, la cámara de aire, la calidad de la carpintería, el tipo de apertura de la ventana y un buen sellado entre el vidrio y la carpintería para evitar posibles infiltraciones.
¿Qué ventanas elegir para ahorrar en tus facturas?
Son varios los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir una ventana, como la calidad de su estructura, la carpintería del marco y el vidrio. Si se elige un estándar de calidad alto en estos elementos, el resultado final será excepcional y lograremos una reducción del consumo de energía y el impacto medioambiental.
Una ventana con una buena estructura resulta esencial para conseguir un aislamiento térmico óptimo. El objetivo es conseguir una temperatura cálida en invierno y en verano reducir el calor dentro de la casa. Para ello, el PVC es el mejor material.
El vidrio es otro factor fundamental, ya que es determinante no solo para el aislamiento térmico, sino también para el acústico y la seguridad. Los vidrios con ATR (Aislamiento Térmico Reforzado) ofrecen las mejores prestaciones en invierno porque conservan el calor y aíslan el frío exterior. Por su parte, en verano se consigue reducir las pérdidas de aire acondicionado en el interior de la vivienda.
Estas son las características técnicas de una ventana con alta eficiencia energética:
- Triple vidrio con un espesor de cámara de aire de entre 18 y 20mm. y con baja emisividad.
- Factor solar del vidrio en torno al 0,5 dependiendo si se elige coloración o cualquier otro efecto y con una transmisión luminosa de entre el 60% y el 65% para perder la mínima luz natural posible.
- Carpintería de PVC.
- Permeabilidad del marco: dependiendo de cada caso se elegirán ventanas batientes, oscilobatientes o correderas.
- Protección solar: las ventanas con una buena protección solar reducen el calor que entra en la vivienda en verano y disminuye el consumo de aire acondicionado. Se puede elegir entre una gran variedad de toldos, persianas, lamas, etc.
El coeficiente de Transmitancia Térmica (valor U) mide el nivel de aislamiento de una ventana, es decir, el intercambio de temperatura entre el interior y el exterior de una vivienda. Por tanto, cuanto más bajo sea este valor mejor aislamiento térmico tiene la ventana.
Otro coeficiente importante en una ventana es el factor solar (valor g) que mide la protección de los rayos del sol permitiendo su entrada en la vivienda pero sin elevar demasiado la temperatura. Es decir, que cuanto más bajo sea el valor mayor protección del calor tendremos en verano.
Aparte de las consideraciones técnicas, la orientación de las ventanas también es importante. Lo ideal sería la orientación Norte en verano y la Sur en invierno, pero durante todo el año la orientación Sur es la mejor para tratar de conseguir la mayor eficiencia energética en una casa. En caso de disponer de una vivienda con orientación Norte y Sur resulta interesante lograr una ventilación natural cruzada para favorecer la calidad del aire y lograr una temperatura óptima.
Si estás pensando en cambiar tus ventanas contacta con nosotros. Nuestros especialistas te proporcionarán un asesoramiento personalizado para que instales las ventanas perfectas en tu hogar y consigas reducir tus facturas cada mes. ¿Hablamos?.