La condensación en las ventanas es uno de los síntomas más evidentes del invierno y, sobre todo, de un inadecuado grado de humedad en el hogar. Esto puede provocar desde la humedad palpable sobre las superficies frías del hogar, como ventanas, espejos, azulejos; hasta la aparición de otros elementos más molestos y peligrosos como moho negro en las paredes. En el post de hoy os traemos algunos consejos para poner solución a esta condensación en las ventanas. ¡No perdáis detalle!
¿Por qué se produce la condensación?
Antes de hablar de las formas de evitar la condensación en nuestros cristales, vamos a establecer la definición de dos términos fundamentales que nos ayudarán a entender este fenómeno. Veamos cómo se produce:
- Humedad: se entiende por humedad a la cantidad de agua o vapor de agua presente en el interior de un cuerpo o, como en el caso que nos ocupa, en el aire. Esta varía tanto por condiciones ambientales como climáticas. Así, encontraremos mayor cantidad de vapor de agua en el aire caliente que en el frío.
- Condensación: se conoce como condensación al cambio de estado de la materia, cuando pasa de gaseoso a líquido. Este fenómeno ocurre habitualmente en nuestros cristales y/o ventanas cuando la humedad alcanza el 100%. El vapor de agua pasa de estado gaseoso a líquido. Un ejemplo de este proceso lo encontramos también en la naturaleza, y es conocido como rocío.
Así, la humedad en las ventanas por condensación es un fenómeno por el cual el vapor de agua se convierte en líquido. Lo más habitual es encontrarlo a primera hora de la mañana, cuando la temperatura es más baja en el exterior.
Trucos para evitar la condensación en las ventanas
Como ya hemos visto, la condensación está directamente relacionada con la humedad. Por lo tanto, para poder reducir la condensación en nuestras ventanas, deberemos enfocarnos en bajar los niveles de humedad en nuestro hogar. Pero hay que tener cuidado, ya que un bajo porcentaje de humedad en el interior de la vivienda no es saludable.
La humedad relativa es un factor determinante dentro de lo que se conoce como confort térmico. No solo a la hora de prevenir la condensación sobre las superficies más frías de nuestro hogar, sino que contribuye a mantener ciertos estándares de bienestar, salud y seguridad. Así, ya sea para evitar la condensación, como para mejorar el confort de nuestra casa, se recomienda mantener una humedad entre el 30% y el 60%.
Ventilar las habitaciones
Esto no solo ayuda a reducir la humedad del interior, sino que ayuda a renovar el aire de toda la estancia. Lo mejor es hacerlo a primera hora de la mañana y con diez minutos sería suficiente. Especialmente en invierno, que queremos evitar la pérdida sustancial de calor.
Ventanas aislantes
Una buena ventana aislante puede ayudarnos a mantener una buena temperatura interior y regular la humedad del ambiente. Especialmente cuando hablamos de condensación en las ventanas de PVC que, al ser un material aislante por naturaleza, nos protege del exterior dificultando el proceso de condensación.
Instalar un deshumidificador
Los hay de diferentes clases y tamaños, aptos para cualquier habitación de la casa. Este tipo de aparatos son muy útiles cuando vivimos en zonas que ya de por sí son de humedad elevada. Nos permiten programar la humedad ambiente que más nos convenga en cada momento.
Tender la ropa en el exterior
La ropa húmeda emite una gran cantidad de agua al ambiente. Por eso es importante que, tanto en cuanto nos sea posible, evitemos tender en el interior de la vivienda. Especialmente si estamos teniendo problemas de humedad. Lo mejor es hacerlo en el exterior o recurrir a una secadora.
Evita las plantas
La presencia de vegetación en casa contribuye considerablemente a elevar la humedad del hogar. Y es que estas emiten más agua al ambiente de la que absorben. Hay que prestar especial atención al número de plantas que tenemos en casa y a la especie de las mismas. Ya que unas generan más vapor de agua que otras.
Cuidado con la calefacción
El aire caliente tiene más vapor de agua que el aire frío, por lo tanto puede producir mayor humedad. Además, la gran diferencia entre la temperatura del exterior y del interior, favorece que el agua se condense sobre las superficies de nuestras ventanas. Por lo tanto no debemos excedernos en la temperatura ambiente.
Estas son algunas de las acciones que podemos tomar para evitar la condensación en las ventanas y mejorar el confort en el hogar. Una vez más, una buena ventana aislante puede marcar la diferencia y evitarnos preocupaciones a futuro. Las ventanas HOCO cuentan con grandes propiedades aislantes con hasta triple vidrio para evitar estos problemas. ¡Descubre más en nuestras tiendas!